viernes, 14 de marzo de 2014

Una historia de Abanades con amargo sabor a magia


Leyenda de Abánades, Guadalajara.

En Abánades existe una  leyenda antigua que cuenta lo  que sucedió hace tiempo en un lugar cercano, el antiguo pueblo llamado San Llorente, que ahora ya no existe y del que quedan algunos restos y ruinas. Los hechos sucedieron hace tiempo en una boda. Los novios  invitaron a todo el pueblo a la celebración excepto a una persona, una misteriosa anciana. Ésta se enfadó tanto al ver que a todo el mundo se le invitaba menos a ella, que envenenó el agua y la comida de todos los habitantes provocando la muerte de todo el pueblo.

La anciana hizo las maletas y se fue, abandonando el pueblo, y poco a poco, con el paso del tiempo, sus ruinas se convirtieron en un montón de piedras que aún recuerdan la estructura de casas, calles, plazas, etc. Ésta es la terrible historia de lo que pasó en San Llorente.


Hay quien dice que si te acercas a los restos del pueblo oyes las voces de la gente chillando y lamentándose por su horrible muerte.

En cada lugar hay una manera distinta de contar esta historia. En algunos pueblos cercanos dicen que fue un accidente, en otros dicen que la vieja era una bruja, pero nadie sabe la verdadera historia.

Víctor Peco, alumno de 1º de E.S.O. B



Foto actual de Abánades y el río Tajuña.




Análisis comparado. Nota del profesor Pascual Pérez.

Agradecemos esta bonita aportación a nuestro inquieto e interesado alumno y amigo, Víctor Peco, amante de su pueblo y de sus tradiciones.

              Nótese la similitud de esta historia,  el motivo del envenenamiento como venganza, con el archiconocido cuento o leyenda centroeuropea de los hermanos Grimm, La Bella Durmiente. En el cuento tradicional, la malvada bruja o hada número trece,  que no fue invitada por los padres a la celebración del bautizo de la niña princesa, decide vengarse en el momento en que la niña tenga la edad púber de los quince años, cuando se consideraba a la muchacha apta para casarse según la tradición medieval.  Desde mi punto de vista, las coincidencias son sorprendentes y reveladoras: la bruja condena a la muchacha a un eterno sueño, símbolo o trasunto de la muerte, tras pincharse en la rueca (téngase en cuenta el significado simbólico, onírico y sexual de la rueca y de la aguja, según Freud y Jung, paso del tiempo e iniciación sexual), y, después, a todos los habitantes del reino, que quedarán dormidos hasta el momento en que aparezca el príncipe salvador con su beso, etc. etc.

 De forma similar o paralela, en el relato alcarreño las consecuencias del castigo de la vieja mujer en el momento de la boda, ya consumada a diferencia del cuento de Grimm, donde solo se insinúa simbólicamente a través del pinchazo, van a ser también el eterno sueño de los habitantes de San Llorente, así como el abandono definitivo de sus calles, casas y espacio vital.

 Esta estupenda leyenda que Víctor nos ha contado demuestra las estrechas conexiones de todo el folklore europeo, y el carácter simbólico y transmigratorio de su estructura y elementos narrativos, en este caso, el olvido de la invitación al bautizo/ boda de la vieja bruja, la pócima o veneno, el castigo y venganza del sueño eterno, el abandono del lugar, etc.

Para ilustrarse con la descripción del pueblo de Abánades, ver fotos e historias del lugar, acceder a las siguientes páginas y blogs.