martes, 30 de octubre de 2012

CUENTOS Y LEYENDAS ALCARREÑOS

La mujer del pez y otros cuentos tradicionales de la provincia de Guadalajara. Guadalajara: Palabras del Candil, col. “Tierra Oral”, n.º 1, 2008; 254 págs.
1. ZONA DE COGOLLUDO
"Las cabritas de Extremadura.”

Salio un lobo a unas cabritas y las dijo que le tenían que dar un chivito, entonces empezaron todas a llorar, decían que se le iban a dar y que las daba mucha pena, pero ninguna se le quería dar, y dijo una:-“Cuando bajemos de Extremadura, que bajarán más gorditos”.Subieron a Extremadura y estuvieron allí mucho tiempo, cuando bajaban decían:-“Ay, no creo que esté el lobo esperando para que le demos el chivito”.Cuando ven que el lobo las está esperando, todas se ponen a llorar, entonces, una zorra que pasaba por allí les dice:- “¿Porqué lloráis cabritas?”-“Porque cuando subíamos salió un lobo a nosotras, nos quería comer un chivito, y le dijimos que cuando bajáramos de Extremadura, que bajarían más gorditos. Y ahora le vemos que nos está esperando y ninguna se le queremos dar.”-“Pues no lloréis porque veréis lo que vamos a hacer.”Va la zorra, corta unas ramas de romero y se las pone en los cuernos a las cabras. Y dice:-“Ahora vosotras esperaros aquí y yo me bajo.”Baja la zorra a hablar con el lobo y dice:-“¿Qué haces aquí lobito?”Y dice el lobo:-“Pues esperando a las cabritas para que me den un chivito, que subieron hace mucho tiempo a Extremadura y no vienen. ¡Ya no tengo fuerzas y estoy aquí tumbado en el suelo, que no valgo para tenerme en pie!”.-“¡Anda! Pues entonces si estás esperando tú, voy a esperarme yo también para que me den otro”.-“Bueno, pues “espérate”. Cuando asoman las cabritas y dice el lobo:-“¡Mariquita (Que era el nombre de la zorra)! ¿Qué es aquello?”Y dice la zorra:-“¡Ay!, ¡Qué va a ser, son los diablos enramados, que vienen en busca de los lobos con el culo pelado!”Como el lobo llevaba tanto tiempo allí esperando tenía todo el culo pelado. Se miró, y de que se vio echó a correr y a correr… Llegaron las cabritas, y de que vieron que el lobo se había marchado, dijeron a la zorra:-“¡Mama de aquí, mama de aquí! ”Todas le daban de su leche por haberlas ayudado.


“La zorra y el galgo”.

Había un galgo que metió un queso en un río para que se ablandara, porque estaba muy duro. Entonces fue la zorra que era más lista, y se le comió en lo que el galgo dormía, y en el lugar del queso le puso una piedra blanca. Cuando va el galgo a asomarse dice:-“¡No puede ser, cada vez está más duro este queso! ”Y nada, otra vez se tumbó. Entonces ya se dio cuenta de que la zorra le había engañado. Se tumbó, se enterró, y nada más se dejó un ojo fuera de la tierra. Cuando viene por allí la zorra,dice:-“¡Uy, una uva!”(A las zorras les gustan mucho las uvas.)Y sale el galgo y dice:-“¡Déjala que no está madura!”


“La mierlecita coja"


Iban unos niños a llevar la comida a sus padres, al campo. Entonces salió la mierlecita y se hizo la coja, los chicos empezaron a correr detrás de ella y dejaron la comida allí. Mientras los chicoscorrían, salió la zorra y se comió la comida. Cuando la mierlecita pensó que la zorra ya habría terminado, se fue y los chicos volvieron a por la comida:-“¡Oh!, ¿qué vamos a hacer ahora?”-“¡Mi padre me va a regañar!”El más listo tuvo una idea:-“Pues decimos que se nos ha caído la comida en el arenal y que sólo hemos podido recoger el caldo.”¡Y eso lo decía el más listo de todos!



Ficha etnográfica de los tres cuentos anteriores:
Nombre: Julia Sanz. (Mi abuela).Edad: 66 años. Pueblo de procedencia: Puebla de Valles (Guadalajara).Fecha en que lo he recogido: Noviembre, 2005.Quien contó estos cuentos a esta persona fue su madre.



2.  Zona de la Alcarria Baja.

Como corresponde a todo pueblo tan noble y antiguo. No faltan las leyendas y cuentos populares en relación a la mítica figura de “La Pantasma” o a la “Mora Encantada” en Illana. (Fuente: Wikipedia)


           El término "La Pantasma" es propio del entorno (“comarca de la Baja Alcarria”), y hace referencia a un ser que se aparecía durante la noche a los incautos que se atrevían a andar por la calle. Este ser de apariencia humanoide, iba ataviado o tapado con una sábana, de ahí la derivación del término “Fantasma”. Según la tradición, era una excusa para asustar a los niños y convencerles 
así  de que se acostaran pronto. Sin embargo, hay referencias documentales a sus apariciones en la época del marqués Juan de Goyeneche. Al parecer, podía ser una maniobra o subterfugio, amparándose en el mito popular, que algunos lugareños aprovechaban para arreglar sus cuentas.
                                                                                                                                    

               El cuento popular de la "Mora Encantada", fue transmitido de padres a hijos en forma oral. Llegando hasta nuestros días en forma de cuento que las abuelas narran a sus nietos. No obstante, básteme señalar que durante más de cien años el territorio de Iluliana (“Antigua Illana”) fue “tierra de frontera” entre las dos Españas (“la musulmana y la cristiana”). Hasta la reconquista de la sierra de Altomira por parte de Alfonso VIII (“El de las Navas”) a principios del siglo XIII.
Por tanto no es de extrañar, que aunque bastante perdido, parte del acerbo y patrimonio cultural del pueblo vea implícito las referencias medievales en su costumbrismo y folklore.




La Leyenda de la Mora Encantada




Un libro de Sergio Tapia Luque
editado por "Luz de Gas" en 2002
144 págs., 13,5 x 21 cms. ISBN 84-96072-01-0
12 €uros

Fotografías.

Ver también la web oficial de Sergio Tapia Luque: www.alamanecer.net
Una novela de acción con base en una leyenda referida en Illana (Guadalajara).
Un libro que ofrece una introducción histórica sobre este pueblo de la Alcarria, y una ambientación previa a la composición literaria que en forma de novela ofrece el autor, un joven valor de la literatura castellana. 
Una forma idónea para entender el pasado de la Alcarria, y al tiempo disfrutar con la recreación de una fábula que es un referente permanente del subconsciente colectivo de Castilla: la convivencia con "los moros" durante siglos.

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Te recomendamos un libro interesante sobre cuentos de Castilla-La Mancha:
CUENTOS POPULARES DE CASTILLA-LA MANCHA, JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA, TOLEDO, 2006



Una tradición oral sobre San Antonio de Padua en Valverde de los Arroyos (Guadalajara)

Canción de los pajarillos​. San Antonio de Padua - franciscan​o.


En el libro Cancionero popular serrano de José Fernando Benito y Emilio Robledo
Institución provincial de cultura   1980



Canción de los pajarillos
San Antonio de Padua

Divino Antonio precioso,
suplicad al Dios inmenso
que por tu gracia divina
alumbre mi entendimiento.

Para que mi lengua
refiera el milagro
que en el huerto obraste
de edad de ocho años.

Desde niño fue criado
con mucho temor de Dios,
de sus padres estimado
y del mundo admiración.

Fue caritativo
y perseguidor
de todo enemigo
con mucho rigor.

Su padre era un caballero
cristiano, honrado y prudente,
que mantenía su casa
con el sudor de su frente.

Y tenía un huerto
donde recogía
cosechas del fruto
que el tiempo traía.

Por la mañana un domingo,
como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a Misa,
cosa que nunca olvidaba.

Y le dijo: "Antonio
ven aca, hijo amado,
escucha, que tengo
que darte un recado.

Mientras que yo estoy en Misa
gran cuidado has de tener,
mira que los pajarillos
todo lo echan a perder.

Entran en el huerto,
pican el sembrado,
por eso te advierto
que tengas cuidado."

Cuando se ausentó su padre
y a la iglesia se marchó,
Antonio quedó cuidando
y a los pájaros llamó.

Venid, pajaritos,
dejad el sembrado,
que mi padre ha dicho
que tenga cuidado.

Para que mejor yo pueda
cumplir con mi obligación,
voy a encerraros a todos
dentro de esta habitación.

Y a los pajarillos
entrar les mandaba,
y ellos muy humildes
en el cuarto entraban.

Por aquellas cercanías
ningún pájaro quedó
porque todos acudieron
cuando Antonio los llamó.

Lleno de alegría
San Antonio estaba,
y los pajarillos
alegres cantaban.

Al ver venir a su padre
luego les mandó callar,
y llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar:

"¿Qué tal, Antoñito?
ven acá hijo amado,
¿de los pajaritos
qué tal has cuidado?"

El hijo le contestó:
padre, no tenga cuidado,
que para que no hagan daño,
todos los tengo encerrados.

El padre que vio
milagro tan grande,
al señor obispo
trató de avisarle.

Acudió el señor obispo
con grande acompañamiento,
quedando todos confusos
al ver tan grande portento.

Abrieron ventanas,
puertas a la par,
por ver si las aves
se quieren marchar.

Antonio les dijo entonces:
señores, nadie se agravie,
los pajarillos no marchan
hasta que yo se lo mande.

Se puso a la puerta
y les dijo así:
¡Ea, pajarillos,
ya podéis salir!

Salgan cigüeñas con orden
águilas, grullas y garzas,
gavilanes y abutardas,
lechuzas, mochuelos y grajas.

Salgan las urracas,
tórtolas, perdices,
palomas, gorriones
y las codornices.

Salgan el cuco y el milano,
burla pastor y andarríos
canarios y ruiseñores,
tordos, gafarrón y mirlos.

Salgan verderones,
y las corderinas,
y las cogujadas,
y las golondrinas.

Al instante que salieron
todas juntitas se ponen,
escuchando a San Antonio
para ver lo que dispone.

Antonio les dijo:
No entréis en sembrados,
marchad por los montes,
por riscos los prados.

Al tiempo de alzar el vuelo,
cantan con dulce alegría,
despidiéndose de Antonio
y la insigne compañía.

El señor obispo,
al ver tal milagro,
por diversas partes
mandó publicarlo.

Árbol de grandiosidades,
fuente de la caridad,
depósito de bondades,
padre de inmensa piedad.

Antonio divino,
por tu intercesión,
todos merezcamos
la Eterna Mansión.


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     Una historia de moros, amores  y conquistas.

                      Pues señores, hace muchos, muchos años, en una ciudad que era la nuestra, pero que entonces se llamaba Wad-al-Hayara, que era más pequeña, y cuyos moradores eran mahometanos, y estaba rodeada de murallas, para evitar que unos enemigos que venían del norte se entraran por sus calles y lo destrozaran todo, vivía al cargo de las llaves de las puertas de esa ciudad un moro viejo y respetable, llamado Alí, que tenía el cargo de “alamín” o guardián de las puertas y los puentes.

Vivía Alí en el gran torreón que vigilaba el puente que cruzaba el arroyejo que descendía desde los altos del sotillo. Y con él su única hija, llamada Aixa, bella y joven, que todos los días acudía, por la tarde, con sus cántaros a recoger el agua de una fuente cercana. Como la fuente estaba fuera de las murallas, un día la vio un capitán cristiano, de los que merodeaban por la zona, y se enamoró de ella. Este capitán se llamaba Don Millán, y montaba siempre un caballo pardo. Como era tan bella Aixa, también se enamoró de ella un criado del Valí de la ciudad, y este joven mahometano se dedicaba a  seguirla con la mirada, mientras que un día el caballero cristiano se acerco a la joven Aixa y le declaro su amor, consiguiendo de ella que además se hiciera cristiana, y acudiera a los ritos que los mozárabes de la ciudad celebraran en una iglesia llamada Santo Tomé, (hoy santuario de la Virgen de la Antigua) al otro lado de la ciudad. Don Millán tenía pensado ayudar a su general, Don Alvar Fáñez de Minaya a conquistar la ciudad de Wad-al-Hayara. Para ello, consiguió convencer a Aixa de que le diera una copia de las llaves de las puertas de la ciudad, impresas en cera, para él poder hacer copias y así una noche abrir las puertas y permitir que el ejército cristiano entrara.

La tarde en que Aixa bajo a por agua y se encontró con don Millán, tras su habitual coloquio amoroso, la niña entrego al caballero las copias de las llaves de la ciudad. Como el criado del Valí, también enamorado, la seguía a todas partes, vio con furia este encuentro, y no dudó en sacar una flecha de su carcaj, apuntarla en el arco y lanzarle un dardo al caballero Millán, pero con tan mala suerte, que en ese instante Aixa se movió levemente y la flecha se clavó en su corazón, cayendo muerta. Asustado, el caballero echó correr en su caballo, y el criado, con el alma rota, no dudó en ahorcarse allí mismo.

Ya entrada la noche, al ver que Aixa no regresaba al torreón, su padre llamo a los vecinos y emprendieron la búsqueda de la joven, que encontraron muerta de un flechazo, y a su enamorado moro ahorcado cerca. Todo fue consternación y lloros, todo acabamiento y dolor. Al que se sumó a la mañana siguiente, la impresión cruel de ver cómo los cristianos se habían apoderado de la ciudad, entrando sigilosamente por la noche gracias a que habían abierto las puertas de la ciudad mora con las llaves cuya copia había entregado Aixa. Alvar Fáñez ocupó la ciudad, y don Millán, roto de dolor también, se fue para siempre.

Semanario Nueva Alcarria

 

Aportación de Laura Camacho Diéguez





Leyendas de Lupiana.

                Dicen que la primera urbanización del pueblo de Lupiana estuvo a unos kilómetros del actual emplazamiento en la zona conocida como Pinilla. El pueblo fue destruido por una plaga de termitas y debido a esto tuvieron que desplazar el lugar donde se asienta en la actualidad.
Tiempo después fue encontrado entre los restos del antiguo pueblo una imagen del Santo Cristo Del Socorro. Varios pueblos limítrofes, entre ellos Lupiana, se lo disputaron. Hubo una serie de juicios y la talla fue entregada a la Villa de Lupiana por haber sido encontrada en su término municipal. Los mozos del lugar se encargaron de su traslado.

En el año 1896, una gran sequía asoló los campos de la Villa. Amenazaba con perder todas las cosechas. Entonces, se pensó bajar con el Santo Cristo en romería a Pinilla, lugar donde fue encontrado a modo de rogativa para pedir que lloviera. Ese año llovió mucho y se produjo una excelente cosecha. A partir de entonces, todos los años, el último día del mes de mayo los lupianeros bajan en Romería a Pinilla con el Cristo. De esta imagen solo se conserva en la actualidad nada más que la cabeza, ya que el resto de la talla fue destruida durante la Guerra Civil española.

Panoramica de Lupiana
En tiempos de la Guerra Civil española se saqueaban las iglesias y todo lo que se encontraba en su interior. En la Villa de Lupiana, nuestros mayores nos cuentan la historia de lo que sucedió a la talla del Santo Cristo del Socorro.
La historia narra que estaban unas pocas personas en el cementerio, delante de la iglesia, quemando y haciendo añicos las tallas del retablo. Cuando empezaron a romper con hachas la figura del Santo Cristo del Socorro, la cabeza de la imagen rodó y saltoó a un corral vecino. Otros mayores aseguran que al quemar al Cristo, la cabeza salió despedida de las llamas y fue a parar al corral. La dueña del local, que era muy religiosa, se la encontró y la guardó en secreto en su casa. Pasado un tiempo, pidió a un vecino que le ayudara a pasear la cabeza del Cristo escondida en un saco por las calles del pueblo la noche del seis de mayo, día del Cristo. Pero como en esa época se tenía mucho miedo a que te encontraran con una imagen religiosa, y te podían llegar incluso a matar, la señora, asustada, entregó la cabeza a otro señor del pueblo. Éste, junto a su esposa, guardó la cabeza entre trapos viejos en la cámara de su casa, hasta que acabó la Guerra.

Cuando pudieron sacar la imagen a la calle hicieron una peana chiquitita, donde pusieron la cabeza para poder venerarla y pasearla por Lupiana. Con el tiempo fueron recaudando dinero las gentes del pueblo. Y cuando consiguieron el suficiente, allá por el año 1941, se mandó hacer una talla nueva a la que le pusieron la antigua cabeza.

En la actualidad, la imagen del Santo Cristo del Socorro, que veneramos en Lupiana, posee la antigua cabeza que fue rescatada.
Hermoso claustro renacentista del monasterio
de Lupiana, en la provincia de Guadalajara.

Leyenda aportada por Nerea Oñoro Salaices.






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